El talento de manejar conversaciones difíciles
En mi trabajo como Coach, entrenando en liderazgo a equipos de trabajo, a padres de familia, a jóvenes emprendedores, un tema recurrente es la dificultad para gestionar los conflictos que surgen, ya que cada miembro de ese equipo, de esa familia, de ese emprendimiento, tiene su propia historia y sus propias ideas, por lo tanto, es inevitable la aparición de discrepancias.
Para ser efectivos en la gestión, es necesario identificar los diferentes escenarios de conflictos.
- Confrontativo. En el entorno hay libertad de expresión pero entre sus integrantes no hay respeto o confianza. Si bien nadie se guarda su opinión y se puede llegar a soluciones, la hostilidad erosiona las relaciones.
- Hay respeto pero no sacan a la luz los problemas. Los miembros se llevan muy bien, pero evitan el conflicto. Esto a la larga no es funcional.
- No existe una buena relación y no abordan los problemas. Esta es una situación muy preocupante, ya que el ambiente está cargado de mucha hipocresía y cualquier intento por avanzar, es sofocado.
- Sana discrepancia. Este es el ideal. La relación entre los miembros es buena y no hay temor de encarar los problemas.
¿Cómo lograr la sana discrepancia?
Un primer paso es transformar la creencia de que el conflicto “es malo”o “peligroso”. Se cree eso porque la experiencia puede ser dolorosa.
Sin embargo, observar al conflicto como una oportunidad necesaria para crecer, renovarse y mejorar, expande la efectividad de su gestión.
El siguiente paso es entender que no todos los perfiles humanos respondemos igual ante las discusiones o problemas. De acuerdo a nuestro estilo de comunicación es que le otorgamos un significado a las palabras, a las expresiones, a los gestos. Por ejemplo, seremos más efectivos comunicándonos con personas que compartan nuestro mismo perfil, pero será más difícil con quienes no se comportan como nosotros.
Y otro paso importante es identificar el rol de los participantes, a la hora de abordar un problema por ejemplo en el plano profesional, cada quien lo hará desde sus preocupaciones e intereses. No es lo mismo una decisión desde la postura del director de finanzas que desde la postura del director de marketing.
O en una familia, no es lo mismo la postura del padre de familia, a la del hijo adolescente.
En estas situaciones es donde se pone a prueba el talento del líder, donde nuestra capacidad de gestionar constructivamente los conflictos se expande.
Por ello es importante desarrollar habilidades comunicativas y de escucha que vayan más allá del mismo conflicto. Ya que el fin principal es el bien común.Si quieres profundizar en el tema y liberar la efectividad y asertividad que existe en ti, conoce nuestro Programa 21 días entrenando mi Comunicación Efectiva. Una jornada en la que tu servidora y el equipo de coaches de Impacto Vital México te acompañaremos para crear grandes resultados.
¡Mientras tanto, nos vemos en el siguiente blog!.
Anarely Pérez
Coach Ontológico ICF
Directora Impacto Vital México
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